Reflexiones
Cuando elegí estudiar Historia del Arte, no sabia lo que esto iba a suponer en mi vida. Cuando acabé la carrera quise conocer cómo era el hecho de pintar un cuado al óleo que desconocía, y desde entonces no dejé de hacerlo dedicándole la mayor parte de mi vida. Ha sido un camino de estudio, de superar retos, de lucha y satisfacciones del que me siento muy orgullosa y valoro porque mi vida ha sido mucho mas rica y completa tanto intelectual como emocionalmente.
Me inicié en la pintura desde la figuración pero siempre tuve curiosidad por entender a los artistas abstractos, qué era lo que les movía a crear sin la referencia del objeto. Y fui descubriendo un campo de posibilidades infinitas, que requiere investigar, reflexionar, profundizar en mi misma e ir descubriendo poco a poco formas y maneras de expresión.
Cuando inicio un cuadro lo hago desde la mancha, cuidando mucho el color que desde siempre lo trabajé con mimo, degustándolo y disfrutándolo, cuidando su distribución en el espacio pictórico de manera que haya espacio para el reposo y espacio para notas mas brillantes.
En toda mi obra está presente un tema: la Naturaleza, el bosque, el Arbol. La imagen de un rayo de sol en el atardecer iluminando unas hojas con los colores del otoño, la variedad de colores y matices de las flores, la sensación de paz y cobijo debajo de un árbol, el murmullo del agua y la sonoridad del silencio en la montaña.
El proceso de ejecución de la obra es estar en el presente de la imagen olvidando todo el conocimiento, que sea un proceso de creación libre con su propio dinamismo.